Click para ampliar Siguiendo con el recorrido de la Ruta de los Altares de muertos 2009 en Barcelona, hoy citaré el excelente trabajo que realizó Javier Manjarrés Agudelo en el Restaurante – Bar “Mex & cal”. Enseguida expondré palabras del propio autor, para darnos cuenta de lo que le llevó a dedicar este altar. Está tan bien explicado que lo que yo diga estará de más, por eso expongo sus propias letras, es un texto largo pero muy interesante.
“ALTAR POR LOS AMORES DIFUNTOS”
Este es un altar romántico-poético dedicado a las relaciones amorosas fallidas, imposibles, no consumadas o abortadas. De aquellas relaciones que debiendo florecer, se marchitaron; de aquellos amores que queriendo vivir, murieron. Amores de las que tod@s, o casi tod@s, tenemos al menos una experiencia para contar. U olvidar.
El amor: tema favorito de las canciones compuestas a lo largo de la historia por los poetas de todas las culturas.
La tragedia del desamor: tema favorito de los 3 principales géneros musicales populares latinoamericanos: rancheras, boleros, tangos.
Este altar, aunque contemporáneo, conserva la estructura tradicional en tres niveles de los altares tradicionales:
La parte alta representa el cielo.
En ella un sol radiante que representa la luz, la fe y la ilusión por vivir que -no siempre- se recupera tras un desengaño amoroso. Antecediendo a este sol, reina la Virgen de Guadalupe, patrona de México e imagen religiosa por excelencia en los altares tradicionales. Desde lo alto del sol salen unas piezas que se elevan hacia lo alto, a modo de manos en actitud de oración. Desde estas manos simbólicas emerge una frase rescatada del siglo de oro español, "DAME UN VASO DE SED QUE VENGO MUERTO DE AGUA", y que representa el ruego, la súplica de quien poseído por las fiebres del amor, pide ayuda a Dios y al universo, para lograr que el ser amado abra su corazón y se ponga en disposición de recibir el torrente de sentimientos, besos y caricias que ardorosamente desea prodigarle.
En medio está el limbo.
En él encontramos una escena presidida por un gran corazón hecho de huesos, que representa el cadáver del amor muerto. Desde el fondo surgen unos cuernos evocando las punzadas de dolor que, como cornadas embiten el alma, rasgando las entrañas de quien sufre por desamor. A la derecha de este, una pareja de esqueletos prodigándose los mimos y los arrumacos de las parejas enamoradas. A la izquierda, dos tazas que con forma de calavera brindan felices y sonrientes por el amor. El suelo está cubierto pr bolas doradas y rojas. Las doradas representan las lágrimas vertidas de dicha por el amor correspondido, y las rojas representan las lágrimas de sangre lloradas por el amor no correspondido. Toda la escena está contenida dentro de una caja de televisor. Este elemento suele albergar y emitir las más pasionales escenas de amor y desamor, creadas por los sentimientos y los deseos del ser humano. Desde los reality hasta las telenovelas, nos
apabullan con escenas sublimes o terribles, que llegan a desdibujar la frontera entre la realidad y la ficción. A ambos lados de la caja, hay dos candelabros con velas negras, luctuosas. Sobre el televisor, en los extremos izquierdo y derecho, y a los pies de este, hay tres tapetitos de macramé en color blanco, evocando a los que amorosamente decoran los muebles y salas de estar de las abuelas creando calor de hogar y, con este, sensación de protección y cobijo. En la parte frontal, dos rosas rojas, flor por excelencia vinculada a la expresión del sentimiento amoroso. En medio una pareja de calaveras en actitud cariñosa.
La parte baja representa la tierra.
En ella encontramos una escalera a modo de mausoleo. En esta hay dos copas, piezas que suelen formar parte del ajuar del rito de seducción, propiciando con el brindis, el comienzo del juego amatorio a través de miradas cómplices. Le sigue una ofrenda de flores, brillantes como el enamoramiento recién estrenado. Mas abajo encontramos un portaretrato formado por dos corazones unidos. Estos en marcan un fondo negro que simboliza el vacío que queda tras una ruptura amorosa, y la oscuridad que envuelve el alma y la vida de los desenamorados. También hay dos candelabros de madera negra con velas de color naranja. Las velas están consumidas y apagadas, simbolizando la llama extinguida del amor. El color negro de la madera es el color que simboliza el luto en la cultura católica, y el naranja de las velas representa el luto en las culturas prehispánicas. Bajo este "mausoleo" encontramos un corazón palpitante que representa el amor agonizante. Una caja a modo de ataúd lo contiene.
A los pies del ataúd la ofrenda compuesta por higos -la dulzura del amor-, que representan la energía femenina. A su lado pimientos picantes -el fuego de la pasión-, que representan la energía masculina. Ambos frutos contenidos en una vasija negra con forma de corazón creando un equilibrio ying-yang.
En la parte más baja del altar, el árbol de la vida y la muerte.
Un altar muy singular, me ha gustado por su gran significado, en lo personal me ha hecho meditar mucho. Al autor MUCHAS GRACIAS por dar a conocer su trabajo y se valore su esfuerzo.
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